MIS CONVERSACIONES CON PEPO
Al poco tiempo de estar trabajando en la revista Condorito.
Pepo me llama y me dice: “Te invito a caminar unas cuadras y a tomar un rico chocolate con pasteles que hay en un lugar cercano al otro lado del Mapocho”, “OK” le dije, y salimos a dar el paseo que Pepo hacia normalmente tipo 16 horas.
En el trayecto él me explicó que con el tiempo las piernas se atrófian debido al tiempo que llevas sentado, “normalmente a esta rutina me acompaña Nato (Renato Andrade)”.
Pepo, René Ríos Boettiger, nació en Concepción, Chile, el 15 de diciembre de 1911, Pepo estudió tres años medicina, estudios que abandonó por su interés por el cómic, llegamos al café, era una casa vieja estilo alemán atendida por sus dueños, un matrimonio de ancianos alemanes, que estaban solos, pero el chocolate y los pasteles los preparaban muy bien, en uno de esos paseos, Pepo, nos contaba a Ric, Ricardo González, y a mí que el sueño de su padre era que el fuera médico igual que él, una de las cosas que él hizo, como travesura, le gustaba un poco ver como su padre atendia a sus pacientes, para ello se escondía tras las cortinas que cubrían de pared a pared el estudio de su padre que tenía en su casa, luego el con sus amiguitos jugaban al doctor.
Su interés por el dibujo lo tuvo a muy temprana edad, el papá lo veía como una entretención momentanea, ya que el soñaba en verlo como médico, pero indirectamente le fomentaba el vicio, se suscribió a la revista Topaze, revista satírica con contenido político, y la dejaba en lugares visibles para que el jóven Pepo la viera, en una oportunidad faltaba como un mes para su cumpleaños, el papá lo llamó y le dijo: “hijo mío quiero celebrar tu cumpleaños en grande invita atus amiguitos del barrio y a todo tu curso a la mejor confitería de Concepción”, Pepo llevó a los muchachos a la confitería que le indicó su papá y cuando llegó al lugar dice que los amiguitos lo recibieron con un gran aplauso, su padre había enviado a enmarcar como 40 dibujos suyos, a él se le entró el habla, se sintió tan emocionado que visitó varias veces la exposición, luego abrazó a su papá, ese fue un regalo inolvidable, tenía 11 años, ya publicaba dibujos en el sur de Concepción.
En otra oportunidad penso hacer una revista, la hizo en el formato de la revista Topaze, pero la mantenía guardada, al año siguiente, se le perdió la carpeta en la que tenía los originales de su revista, él me comento que en ese momento se sintió furioso porque él pensó que le serviría más adelante como muestra, nuevamente el cumpleaños siguiente fue con sus amigos a la confitería pero la exposición no estaba en los muros así que se conformó con eso, estaban tomando once cuando un mensajero interrumpió la once y preguntó por Pepo, esta vez la emoción fue muy superior a la anterior, el paquete que le entregó el mensajero fue mejor que los cuadros, esta vez eran 100 ejemplares de su revista. Ahora tenía 12 años.
Más adelante, Pepo, entró a estudiar medicina, por su puesto hacía el diario mural de la facultad, el que llenaba de caricaturas, los amigos de la escuela de medicina le dijeron: “Pepo ¿Por qué no llevas tus dibujos a la revista Topaze?” Pepo reaccionó en forma positiva preparó un portafolio y lo llevó a Zig Zag, se presentó al Director de Topaze, Jorge Delano (Coke), que al ver los dibujos le dijo: “Si te quedas ahora aquí, te contrato”, Pepo se quedó, el cómic era su camino, sus padres vinieron a Santiago a verlo, el encuentro fue muy emotivo, Pepo abrazo a asu padre y le dijo: “Lo intenté” “siempre lo supe hijo, trata de ser el mejor”.
En 1942 sucede un acontecimiento muy importante para los dibujantes chilenos y público en general, llega a Chile Walt Disney en persona, en una gira de buena voluntad, que hizo por México, Brasil, Argentina y Chile, no entraré en detalle sobre el objetivo de la gira pero tuvo una amplia repercusión en Chile ya que el había estrenado con mucho éxito la película: “Blanca Nieves y los 7 enanitos”.
La Embajada de los Estados Unidos le pidió a Jorge Delano (Coke) que hiciera de anfitrión, ya que, él tenía doble nacionalidad chileno-norteamericana, su tío era Franklin Delano Roosevelt.
El tema es que Disney invitó a todos los dibujantes de esa época a la premier de Los Tres Caballeros, que traía un corto al final que se llamaba Saludos a Chile.
Antes de que terminara la película Pepo abandonó muy molesto la sala porque el personaje que representaba a Chile era un pequeño avioncito que cruza la cordillera desde Mendoza con una carta dirigida a Coke, el avión se llamaba Pedrito, Pepo decía que aquí no se fabrican aviones por eso un día se encerró en su estudio y creo lo que es hoy “un segundo símbolo patrio”.
Pepo nos contaba que tuvo varios años archivada la carpeta con Condorito, hasta que un día lo llama Felix López, Director de Don Fausto, para encomendarle una página de chistes para una revista que estaba a punto de lanzarse, se llamaba Okey, le dijo, Pepo así vió la oportunidad entonces de lanzar a Condorito personaje que al principio tenía más traza de ave que con el tiempo se fue humanizando.
Han pasado muchos años siempre recordaré al tipo bonachon y buen amigo que fue Pepo y que además me puso a trabajar en el cómic, lo que siempre me ha gustado.
LECTURAS DE FOTOS – Pictures archivo Origo