Conocí a Lincoln Fuentes en los años 60 más o menos. Me encontré con Pepe Orellana, un dibujante que estaba a la altura de los grandes del cómic de primera línea, al cual yo le había prestado un libro de Alex Raymond.
Me pidió que le acompañara a la Publicidad Storandt a buscarlo. Storandt quedaba al costado del Cerro Santa Lucía. Allí me presentó a Lincoln Fuentes y también a Luis Rosales, quienes me invitaron a una oficina que tenían cerca de la Iglesia San Francisco donde ellos hacían los trabajos particulares. Un día pase a verles. En esa época, yo estaba trabajando en el diario Clarín. Me recibieron con un café y me ofrecieron que cuando tuviera algún trabajo particular lo hiciera en esa oficina. Fui como tres veces: el tema de conversación era el cómic. Si no fui más fue porque Themo Lobos me contrató para trabajar en los últimos días de El Peneca y de Rocket, una revista de ciencia ficción, de la cual era su Director, nada menos en la editorial Zig Zag y en el tema que me gustaba.
Ahora me centralizaré en mi amigo Lincoln Fuentes. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Santiago, Chile, y vía correo en la Escuela Panamericana de Arte de Buenos Aires, Argentina. Trabajó por cinco años en Publicidad Storandt. Se cambió a Editorial Zig Zag, para incorporarse en el Departamento de Historietas, dibujando para varias revistas.
Esta Editorial pasó a ser Quimantú y Gabriela Mistral. En Gabriela Mistral, hizo historietas para Revista Mampato, de Editorial Lord Cochrane, y, trabajó en el Álbum Flora y Fauna. Vuelve a trabajar en Publicidad. Ingresa a la Agencia Walter Thompson, al Departamento de Arte, donde estuvo durante doce años.